PLACER Y EUDAIMONIA, LAS DIMENSIONES PARA ALCANZARLA
Santiago Vázquez, autor del libro, cree que si pasaremos 40 años de la vida trabajando, hay que buscarle el lado positivo
Quien dude que el trabajo es un castigo o una tortura, lo invito a reflexionar sobre lo siguiente: ¿qué hicieron Adán y Eva cuando fueron expulsados del paraíso? Trabajar para comer.
La palabra trabajo, por otra parte, deriva del latín tripalium, que era un instrumento para sujetar caballos cuando había que herrarlos y también se usaba para castigar a esclavos o reos. Entonces, ¿quién puede ser feliz realizando esta actividad?
Ciertamente, en lo que al Foro Económico de Davos denominó la Human Age, en la que el trabajo ocupa un tiempo muy importante en nuestras vidas, se vuelve imprescindible ver el lado positivo de esta labor, cuya ausencia nos impide disfrutar de otros ámbitos vitales de nuestra existencia.
Así que si vamos a trabajar 40 años o más, ¿podemos renunciar a intentar ser felices en el trabajo? Santiago Vázquez responde: no. El economista y experto en psicología positiva busca con su libro La felicidad en el trabajo y en la vida contribuir al desarrollo de ámbitos que favorezcan este propósito, elevando la conciencia, la responsabilidad y creando entornos que aprovechen las fortalezas de las personas.
La obra de 188 páginas está dividida en cuatro partes y 13 capítulos, en los que hace énfasis en el autoconocimiento y la autogestión como elementos clave para la inteligencia emocional; nuestra relación con los demás y el entorno; la flexibilidad y la capacidad de adaptación, así como los valores intangibles de la empresa y, finalmente la importancia del optimismo y la esperanza y su relación positiva con la felicidad.
Para el autor, la razón por la que muchas personas no encuentran la felicidad en la labor que realizan se debe a que ésta presenta una doble dimensión: la del bienestar subjetivo relacionada básicamente con el placer, que es la preponderancia de los sentimientos positivos sobre los negativos, que es la hedonista, y la segunda, o eudaimónica según Aristóteles, que identifica a la felicidad como la satisfacción de la obra bien hecha, mediante el esfuerzo y el uso de nuestras habilidades y fortalezas.
La felicidad no puede existir sin la convergencia de ambas dimensiones.
El autor rescata las palabras del gurú de la gestión de los recursos humanos, Dave Ulrich, quien afirmaba que "promover entornos empresariales que favorezcan la felicidad en el trabajo se ha convertido en un objeto estratégico".
El trabajo, como el mar, puede ser visto como un lugar donde reina la ansiedad, el estrés y el miedo, o un espacio para disfrutar, divertirse y ser feliz, propone el autor.
Redacción
EL EMPRESARIO
contacto@elempresario.mx
EL ECONOMISTA
Diciembre 2016
MIS PARECERES
Para el autor Santiago Vázquez vamos a estar 40 años de nuestra vida trabajando. Yo estimo que se quedó corto, porque el trabajo en esta vida es hasta que desaparezcamos de ella; ya que nunca dejamos de movernos, de hacer... Y cuando no hacemos nada, ya estamos muertos. El desaparecer lo entiendo como el dejar de existir (filosofía), no hay relevancia en el estar vivo, por ello hay que trabajar, para vivir. La satisfacción es otro tema, ya que la vida no es perfecta a nuestra expectativa. Si trabajamos en lo que nos gusta, eso es muy positivo, y a la vez, algo poco común, porque por lo general las personas trabajan sólo por un salario o paga (sin entrar en detalle de estos últimos términos).
En conclusión, si quieres vivir lo suficiente en esta vida, TRABAJA... No hay otra manera!
PHILOSOPHY + BUSINESS + ROCK!
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