El profesor Klaus Schwab nació en Ravensburg, Alemania, en 1938. Es el fundador y Director General del Foro Económico Mundial, la organización internacional sin ánimo de lucro que busca fomentar la cooperación entre los sectores públicos y privados.
Doctor en Economía (summa cum laude) por la Universidad de Harvard y en Ingeniería por el Instituto Tecnológico Federal Suizo, también realizó un máster en Administración Pública en la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard. En 1972, un año después de fundar el Foro, se convirtió en uno de los profesores de economía más jóvenes de la Universidad de Ginebra. Ha sido galardonado con numerosas distinciones en el ámbito internacional.
Aún tenemos que comprender plenamente la velocidad y la amplitud de esta nueva revolución. Consideremos las posibilidades ilimitadas de tener miles de millones de personas conectadas mediante dispositivos móviles, lo que da lugar a un poder de procesamiento, una capacidad de almacenamiento y un acceso al conocimiento sin precedentes. O pensemos en la impresionante confluencia de avances tecnológicos que abarca amplios cambios, como la inteligencia artificial (IA), la robótica, el internet de las cosas (IoT), los vehículos autónomos, la impresión 3D, la nanotecnología la biotecnología, la ciencia de materiales, el almacenamiento de energía y la computación cuántica, por nombrar unos pocos. Muchas de estas innovaciones están en sus albores, pero ya están llegando a un punto de inflexión en su desarrollo a medida que se construyen y amplifican mutuamente en una fusión de tecnologías a través de los mundos físico, digital y biológico.
Estamos evidenciando cambios profundos en todas las industrias, marcados por la aparición de nuevos modelos de negocio, la irrupción de operadores y la remodelación de los sistemas producción, consumo, transporte y entrega. En el ámbito social, se está dando un cambio de paradigma sobre cómo trabajamos y nos comunicamos, al igual que en cómo nos expresamos, nos informamos y nos entretenemos. Asimismo, los gobiernos y las instituciones se están reinventando, como también lo están haciendo los sistemas de educación, salud y transporte, entre muchos otros. Las nuevas formas de utilizar la tecnología para cambiar el comportamiento y nuestros sistemas de producción y consumo también ofrecen la posibilidad de apoyar la regeneración y preservación de entornos naturales, en lugar de crear costos ocultos en forma de externalidades.
Los cambios son históricos en términos de su magnitud, velocidad y alcance.
Mientras que la profunda incertidumbre que rodea al desarrollo y la adopción de tecnologías emergentes significa que aún no sabemos cómo se desarrollarán las transformaciones impulsadas por esta revolución industrial, su complejidad y la interconexión entre sectores implican que todos los actores de la sociedad global, los gobiernos, las empresas, la academia y la sociedad civil tienen la responsabilidad de trabajar conjuntamente para comprender mejor las tendencias emergentes.
La comprensión compartida es particularmente crítica si queremos conformar un futuro colectivo que refleje los objetivos y valores comunes. Debemos tener una visión integral y compartida en el plano mundial de cómo la tecnología está cambiando nuestras vidas y las de las generaciones futuras, y de cómo está cambiando el panorama del contexto económico, social, cultural y humano en el cual vivimos.
Los cambios son tan profundos que, desde la perspectiva de la historia humana, nunca ha habido una época de mayor promesa o potencial peligro. Mi preocupación, sin embargo, es que quienes adopten decisiones quedan, demasiado a menudo, atrapados en el pensamiento tradicional, lineal (y no disruptivo), o están demasiado absortos en preocupaciones inmediatas como para pensar estratégicamente sobre las fuerzas de la disrupción y la innovación que le dan forma a nuestro futuro.
Soy muy consciente de que algunos académicos y profesionales consideran la evolución que estoy analizando simplemente parte de la tercera revolución industrial. Hay tres razones que, sin embargo, sostienen mi convicción de que una cuarta y distinta revolución está en marcha:
Velocidad: Al contrario que las anteriores revoluciones industriales, esta está evolucionando a un ritmo exponencial, más que lineal. Este es el resultado del mundo polifacético y profundamente interconectado en que vivimos, y del hecho de que la nueva tecnología engendra, a su vez, tecnología más nueva y más poderosa.
Amplitud y profundidad: Se basa en la revolución digital y combina múltiples tecnologías que están llevando a cambios de paradigma sin precedentes en la economía, los negocios, la sociedad y las personas. No solo está cambiando el qué y el cómo hacer las cosas, sino el quiénes somos.
Impacto en los sistemas: Se trata de la transformación de sistemas complejos entre (y dentro que) los países, las empresas, las industrias y la sociedad en su conjunto.
Al escribir este libro, mi intención es proporcionar un breve manual sobre la cuarta revolución industrial: lo que es, lo que traerá, cómo afectará y qué se puede hacer con el fin de aprovecharla para el bien común. Este volumen está destinado a todos aquellos que están interesados en nuestro futuro y que desean aprovechar al uso de las oportunidades de este cambio revolucionario para hacer del mundo un lugar mejor.
Tengo tres objetivos principales:
* Incrementar la conciencia de la amplitud y la velocidad de la revolución tecnológica y su impacto multifacético;
* crear un marco para reflexionar sobre la revolución tecnológica que describa los temas principales y destaque las posibles respuestas, y
* proporcionar una plataforma que inspire la cooperación público-privada, así como las asociaciones sobre temas relacionados con la revolución tecnológica.
Pero, sobre todo, este libro tiene como objetivo enfatizar la manera en que coexisten la tecnología y la sociedad. La tecnología no es una fuerza exógena sobre la cual no tenemos control. No estamos limitados por una elección binaria entre aceptarla y vivir con ella y rechazarla y vivir sin ella. En cambio, tomemos el espectacular cambio tecnológico como una invitación a reflexionar sobre quiénes somos y cómo vemos el mundo. Cuanto más pensamos en como aprovechar la revolución tecnológica, más nos examinaremos a nosotros mismos y analizaremos los modelos sociales subyacentes que estas tecnologías encarnan y habilitan, y tendremos más oportunidades de dar forma a la revolución de una manera que mejore el estado del mundo.
Dar forma a la cuarta revolución industrial para asegurarnos de que gire alrededor del empoderamiento y los seres humanos, en lugar de que sea divisoria y deshumanizante, no es una tarea para un solo sector o una sola parte interesada, región industria o cultura. La naturaleza fundamental y global de esta revolución afectará a todos los países, economías, sectores y personas y estará influenciada por ellos. Por lo tanto, es fundamental que pongamos nuestra atención y energía en la cooperación entre fronteras académicas, sociales, políticas, nacionales y de la industria. Estas interacciones y colaboraciones son necesarias para crear narrativas positivas, comunes y llenas de esperanzas, que les permitan a individuos y grupos de todas partes del mundo participar y beneficiarse de las transformaciones actuales.
Gran parte de la información y mi propio análisis en este libro se basan en proyectos e iniciativas del Foro Económico Mundial, y han sido desarrollados, discutidos y cuestionados en las más recientes reuniones del organismo. Así, este libro también proporciona un marco para dar forma a las actividades futuras del Foro Económico Mundial. También he extraído numerosas conversaciones que he mantenido con empresas, gobiernos y líderes de la sociedad civil, así como con pioneros en el campo de la tecnología y personas jóvenes. En este sentido, es un libro con multitud de fuentes, producto de la sabiduría iluminada y colectiva de las comunidades del foro.
La obra está organizada en tres capítulos. El primero es un resumen de la cuarta revolución industrial. El segundo presenta las principales tecnologías transformadoras. El tercero proporciona una inmersión profunda en el impacto de la revolución y algunos de los retos que plantea en materia de políticas. Concluyo sugiriendo ideas prácticas y soluciones sobre la mejor manera de adaptarse, dar forma y aprovechar el potencial de esta gran transformación.
LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
(INTRODUCCIÓN)
De la multitud de diversos y fascinantes retos de hoy en día, lo más intenso e importante es cómo entender y dar forma a la nueva revolución tecnológica, que supone nada menos que una transformación de la humanidad. Nos encontramos al principio de una revolución que está cambiando de manera fundamental la forma de vivir, trabajar y relacionarnos unos con otros. En su escala, alcance y complejidad, lo que considero la cuarta revolución industrial no se parece a nada que la humanidad haya experimentado antes.
Aún tenemos que comprender plenamente la velocidad y la amplitud de esta nueva revolución. Consideremos las posibilidades ilimitadas de tener miles de millones de personas conectadas mediante dispositivos móviles, lo que da lugar a un poder de procesamiento, una capacidad de almacenamiento y un acceso al conocimiento sin precedentes. O pensemos en la impresionante confluencia de avances tecnológicos que abarca amplios cambios, como la inteligencia artificial (IA), la robótica, el internet de las cosas (IoT), los vehículos autónomos, la impresión 3D, la nanotecnología la biotecnología, la ciencia de materiales, el almacenamiento de energía y la computación cuántica, por nombrar unos pocos. Muchas de estas innovaciones están en sus albores, pero ya están llegando a un punto de inflexión en su desarrollo a medida que se construyen y amplifican mutuamente en una fusión de tecnologías a través de los mundos físico, digital y biológico.
Estamos evidenciando cambios profundos en todas las industrias, marcados por la aparición de nuevos modelos de negocio, la irrupción de operadores y la remodelación de los sistemas producción, consumo, transporte y entrega. En el ámbito social, se está dando un cambio de paradigma sobre cómo trabajamos y nos comunicamos, al igual que en cómo nos expresamos, nos informamos y nos entretenemos. Asimismo, los gobiernos y las instituciones se están reinventando, como también lo están haciendo los sistemas de educación, salud y transporte, entre muchos otros. Las nuevas formas de utilizar la tecnología para cambiar el comportamiento y nuestros sistemas de producción y consumo también ofrecen la posibilidad de apoyar la regeneración y preservación de entornos naturales, en lugar de crear costos ocultos en forma de externalidades.
Los cambios son históricos en términos de su magnitud, velocidad y alcance.
Mientras que la profunda incertidumbre que rodea al desarrollo y la adopción de tecnologías emergentes significa que aún no sabemos cómo se desarrollarán las transformaciones impulsadas por esta revolución industrial, su complejidad y la interconexión entre sectores implican que todos los actores de la sociedad global, los gobiernos, las empresas, la academia y la sociedad civil tienen la responsabilidad de trabajar conjuntamente para comprender mejor las tendencias emergentes.
La comprensión compartida es particularmente crítica si queremos conformar un futuro colectivo que refleje los objetivos y valores comunes. Debemos tener una visión integral y compartida en el plano mundial de cómo la tecnología está cambiando nuestras vidas y las de las generaciones futuras, y de cómo está cambiando el panorama del contexto económico, social, cultural y humano en el cual vivimos.
Los cambios son tan profundos que, desde la perspectiva de la historia humana, nunca ha habido una época de mayor promesa o potencial peligro. Mi preocupación, sin embargo, es que quienes adopten decisiones quedan, demasiado a menudo, atrapados en el pensamiento tradicional, lineal (y no disruptivo), o están demasiado absortos en preocupaciones inmediatas como para pensar estratégicamente sobre las fuerzas de la disrupción y la innovación que le dan forma a nuestro futuro.
Soy muy consciente de que algunos académicos y profesionales consideran la evolución que estoy analizando simplemente parte de la tercera revolución industrial. Hay tres razones que, sin embargo, sostienen mi convicción de que una cuarta y distinta revolución está en marcha:
Velocidad: Al contrario que las anteriores revoluciones industriales, esta está evolucionando a un ritmo exponencial, más que lineal. Este es el resultado del mundo polifacético y profundamente interconectado en que vivimos, y del hecho de que la nueva tecnología engendra, a su vez, tecnología más nueva y más poderosa.
Amplitud y profundidad: Se basa en la revolución digital y combina múltiples tecnologías que están llevando a cambios de paradigma sin precedentes en la economía, los negocios, la sociedad y las personas. No solo está cambiando el qué y el cómo hacer las cosas, sino el quiénes somos.
Impacto en los sistemas: Se trata de la transformación de sistemas complejos entre (y dentro que) los países, las empresas, las industrias y la sociedad en su conjunto.
Al escribir este libro, mi intención es proporcionar un breve manual sobre la cuarta revolución industrial: lo que es, lo que traerá, cómo afectará y qué se puede hacer con el fin de aprovecharla para el bien común. Este volumen está destinado a todos aquellos que están interesados en nuestro futuro y que desean aprovechar al uso de las oportunidades de este cambio revolucionario para hacer del mundo un lugar mejor.
Tengo tres objetivos principales:
* Incrementar la conciencia de la amplitud y la velocidad de la revolución tecnológica y su impacto multifacético;
* crear un marco para reflexionar sobre la revolución tecnológica que describa los temas principales y destaque las posibles respuestas, y
* proporcionar una plataforma que inspire la cooperación público-privada, así como las asociaciones sobre temas relacionados con la revolución tecnológica.
Pero, sobre todo, este libro tiene como objetivo enfatizar la manera en que coexisten la tecnología y la sociedad. La tecnología no es una fuerza exógena sobre la cual no tenemos control. No estamos limitados por una elección binaria entre aceptarla y vivir con ella y rechazarla y vivir sin ella. En cambio, tomemos el espectacular cambio tecnológico como una invitación a reflexionar sobre quiénes somos y cómo vemos el mundo. Cuanto más pensamos en como aprovechar la revolución tecnológica, más nos examinaremos a nosotros mismos y analizaremos los modelos sociales subyacentes que estas tecnologías encarnan y habilitan, y tendremos más oportunidades de dar forma a la revolución de una manera que mejore el estado del mundo.
Dar forma a la cuarta revolución industrial para asegurarnos de que gire alrededor del empoderamiento y los seres humanos, en lugar de que sea divisoria y deshumanizante, no es una tarea para un solo sector o una sola parte interesada, región industria o cultura. La naturaleza fundamental y global de esta revolución afectará a todos los países, economías, sectores y personas y estará influenciada por ellos. Por lo tanto, es fundamental que pongamos nuestra atención y energía en la cooperación entre fronteras académicas, sociales, políticas, nacionales y de la industria. Estas interacciones y colaboraciones son necesarias para crear narrativas positivas, comunes y llenas de esperanzas, que les permitan a individuos y grupos de todas partes del mundo participar y beneficiarse de las transformaciones actuales.
Gran parte de la información y mi propio análisis en este libro se basan en proyectos e iniciativas del Foro Económico Mundial, y han sido desarrollados, discutidos y cuestionados en las más recientes reuniones del organismo. Así, este libro también proporciona un marco para dar forma a las actividades futuras del Foro Económico Mundial. También he extraído numerosas conversaciones que he mantenido con empresas, gobiernos y líderes de la sociedad civil, así como con pioneros en el campo de la tecnología y personas jóvenes. En este sentido, es un libro con multitud de fuentes, producto de la sabiduría iluminada y colectiva de las comunidades del foro.
La obra está organizada en tres capítulos. El primero es un resumen de la cuarta revolución industrial. El segundo presenta las principales tecnologías transformadoras. El tercero proporciona una inmersión profunda en el impacto de la revolución y algunos de los retos que plantea en materia de políticas. Concluyo sugiriendo ideas prácticas y soluciones sobre la mejor manera de adaptarse, dar forma y aprovechar el potencial de esta gran transformación.
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